¿Te has puesto a pensar qué significa para la humanidad este hecho que estamos viviendo todos con esta pandemia del Coronavirus (COVID-19) a nivel mundial?  ¿Crees que lo que ves ahí está separado de ti o que es algo externo a ti y que lo que pasa no tiene nada que ver contigo?  ¿Por qué crees que ha venido esta situación de miedo en esta forma tan amplificada? Esta respuesta te la doy aquí: ¡Simple! Para así poderlo ver y también para que te atiendas.  Desafortunadamente nadie nos ha enseñado a gestionar el miedo, pero con esta pandemia frente a nosotros tenemos la mejor oportunidad de hacer diferentes prácticas para atender esta parte que habíamos ignorado y entonces pasar del lado de miedo al otro lado que es la paz.

En estos días hemos escuchado en muchos sitios a los expertos en salud mental  que nos dicen que en realidad la pandemia no es el Coronavirus, sino el miedo tan grande que sentimos ante este hecho; nos han dado varias técnicas para trabajar con esa emoción debido a que si seguimos con el miedo activado las defensas de nuestro sistema inmunológico pueden bajar y la enfermedad causada por el estrés sería inevitable en nuestro cuerpo.

Hoy me gustaría compartir contigo la herramienta que a mí en lo personal me ha funcionado en estos días de cuarentena;  siento que ha bajado mi estrés y veo las cosas diferentes. He aprendido que “como es adentro es afuera” y que por lo tanto el mundo es el efecto de lo que tenemos en nuestra mente en forma de pensamientos y creencias.

Como te dije antes, ha llegado a nosotros esta pandemia tan amenazante para atendernos, para recordar quiénes somos en realidad. Mira, de hecho esa emoción del miedo generalizado que sientes tú, tus amigos, tus familiares y que incluso siento yo ante esta situación ya estaba ahí habitando en nuestra mente pero la vivíamos en forma circunstancial en dosis más bajas y no la sentíamos como una parte importante a tomar en cuenta, pero ahora ante esta amenaza gigante el miedo es proporcional y nos asustamos al ver su tamaño desbordante.  Pero siempre ha estado ahí, solo que desatendido.

Te ofrezco la herramienta que yo llevo a cabo como una  invitación para que elijas atender estas emociones que no te dan paz, date permiso para pedirle a Dios que te deje ver con otra mirada esta situación y ver esto de otra forma para que puedas sentir paz, pero también al mismo tiempo entregándole lo que no necesitas para poder vivir desde esta nueva mirada. Sería imposible vivir en paz si no entregamos el miedo o todo lo que no te da paz. Por ejemplo ábrete a nuevas posibilidades y pregúntate lo siguiente:

  • ¿Qué tal si en vez de pensar en esta pandemia como un “castigo” de Dios, lo veo como una “invitación amorosa” de Dios para que me cuestione la causa de ese miedo que siento y que de una vez por todas lo atienda y se lo entregue?
  • Y ¿qué tal que si aprovecho esta situación inesperada que me sacó de mi centro y me pregunto quién quiero ser ante esta situación? ¿Qué elijo ser: paz, amor, confusión o miedo? Y entonces desde ese nuevo contexto de maestría, y no de ataque, así elijo vivir mi vida de aquí en adelante.
  • Y ¿qué tal si de verdad activo mi fe y me entrego a esa Conciencia donde siempre estoy a salvo al lado de Dios?
  • Y ¿qué tal si le entrego todos esos pensamientos que me llevan a sentir miedo porque no los necesito para vivir en paz?

Y ahora ¿cómo entregas esos pensamientos de ataque y esas emociones que te llevan al miedo?

Te acompaño:

Pregúntate lo siguiente y haz una lista de tus respuestas:

  • ¿Qué tipo de pensamientos de ataque tengo en mi mente ante esta pandemia? Y/O ¿Qué emociones me hacen sentir miedo de esta situación? Ejemplo: No quiero morir. La muerte asecha a los más vulnerables. Me dolería perder a un familiar. No quiero enfermarme. Este virus es mortal. La pandemia se está desbordando. Todo es una manipulación. No hay alimentos. Etc.
  • Una vez que tengas la lista de todo esto entrégaselos a Dios. Imagina una burbuja dorada frente a ti y pon dentro cada uno de estos pensamientos y emociones.  Sostenla con tus 2 manos e imagina que la diriges hacia arriba a esa Conciencia que es Dios.

Entonces dices: “Dios mío estoy aquí reconociendo que elegí vivir desde el miedo por mucho tiempo en forma inconsciente y que por no atenderlo fue creciendo y creciendo como esta pandemia que tanto asusta. No recordaba que si estoy a tu lado no hay forma de vivir el miedo. Te entrego todo esto que no me pertenece porque me reconozco un hijo tuyo y sé que para mi no hay carencias, sino que contigo todo es abundancia divina. Me perdono por haber olvidado mi herencia como hijo(a) tuyo(a) y por no saber cómo haberlo hecho mejor antes. Gracias, gracias, gracias”. Y sueltas esa burbuja con la intención de haber hecho la entrega total y absoluta de todos esos pensamientos y emociones sintiendo que esa burbuja fue recibida por Dios.

Te aseguro que empezarás a vivir un estado de paz y a vivir esta pandemia o cualquier situación que venga en forma diferente como lo que es: solo un reflejo tuyo. Y si por algo el miedo vuelve accionar algo dentro de ti en otra situación, no olvides hacer la entrega de esos pensamientos para que dejen de habitar en tu mente. Un Curso de Milagros nos dice que lo único que hay que sanar es la mente.

No olvides que cualquier situación que incomode solo es la invitación para recordarte que eres el (la) hijo(a) predilecto(a) de Dios y que mereces vivir en esa infinita paz que habita en El. ¡Solo hay que elegir!