El silencio algunas veces puede parecerte ensordecedor. Sin embargo, en realidad es una interesante terapia para relajarnos y promover nuestro bienestar. ¿Qué debes saber al respecto?
El silencio es una palabra proveniente del latín y hace referencia a la ausencia del ruido. El silencio como terapia puede ser realmente sanador.
Desde tiempos memorables, el concepto de silencio ha sido importante. Por ejemplo, en filosofía clásica varios pensadores preferían el silencio antes que la palabra, tal como en el caso de la escuela estoica.
Algunas veces, hablar sobre un asunto nos puede desgastar; por eso, es mejor callar, ya que en la silenciosa intimidad podemos preservar aquello que no deseamos exponer al juicio de los demás.
Sin embargo, cada día es más difícil conseguir un entorno en el que reine el silencio, debido a los dispositivos tecnológicos, el ruido en las calles, la contaminación acústica y otros. Todo ello impide que nuestro cerebro pueda descansar y experimentar un verdadero reposo por un instante.
El silencio como terapia y los peligros del ruido
¿Para qué puede servir el silencio?, ¿por qué es tan importante y por qué tantas personas cada día acuden más a las afueras de la ciudad en busca de tranquilidad?
En primer lugar, vale resaltar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estimado que una gran parte de la población se encuentra expuesta a niveles de ruido que son potencialmente nocivos.
Las cifras que maneja la OMS resultan asombrosas, pues, para el 2030 se supone que más de 500 millones de personas sufrirán de problemas de audición.
En segundo lugar, es necesario acotar que el cerebro necesita silencio para tomar decisiones y sentir calma, pues la presencia del ruido hace que, a nivel cerebral, se activen los mecanismos de lucha o de huida y esto produce estrés.
Beneficios del silencio
Si el ruido a nuestro alrededor es fuerte, los niveles de cortisol se elevan, además de la presión arterial. Esto puede desencadenar un episodio de estrés crónico. Por ello, no está de más recordar los beneficios que nos aporta el silencio. Si tomamos el silencio como una terapia, podremos:
- Disminuir los padecimientos cardiovasculares.
- Los niños pueden experimentar menos estrés y aprender más rápido.
- Reducir los niveles de ansiedad y depresión en los adultos.
- Dormir plácidamente y con menos dificultad.
Estos beneficios están comprobados científicamente, por lo que no queda lugar a dudas para comenzar a tomar unos minutos y disfrutar de todo lo que podemos ganar si nos adentramos en el mundo del silencio.
¿Cómo puede ayudarnos el silencio?
Si te preguntas cómo puedes introducir el silencio a tu vida, tal vez necesites encontrar un espacio ideal para ello e iniciar algunas rutinas que sean provechosas y te conecten con tu interior, tal como la meditación.
Durante la meditación el estrés disminuye, además de otras ganancias a nivel psicológico, pues también mejora la calidad del sueño, la memoria, relaja la mente, disminuye la tensión muscular, entre otros.
Al meditar, podemos experimentar el alcance terapéutico del silencio, entre otras bondades, tales como la sorprendente regeneración de neuronas, algo de lo que muchos dudaban hasta ahora.
En las ciudades, quizá no sea fácil encontrar un minuto para la calma, dado que el tráfico ya impone el ruido a nuestro alrededor. No obstante, también son válidas otras formas de escape. Esto explica por qué muchas personas prefieren vacacionar en sitios lejano a la ciudad.
Sigue estas sugerencias para que puedas vivir con un poco más de tranquilidad en tu vida:
Disfruta el desayuno. Es tu primera ingesta y mereces hacerlo sin pensar en ningún problema, ni en lo que debes hacer al salir de casa. Solo disfruta ese pequeño momento.
Practica ejercicios de respiración, cuando estés en la oficina o en cualquier lugar. Solo concéntrate en tu respiración y esto ayudará a que los demás sonidos aminoren.
Descubre lugares que te transmitan paz. A veces, están dentro de la ciudad, pero por la rapidez no nos percatamos, tal como las iglesias, algunas plazas o parques. Son sitios en los que podemos retirarnos de todo el ruido por unos minutos, y permitir que nuestro cerebro descanse. Algunas actividades también nos ayudan a sentir tranquilidad.
Desconéctate del mundo exterior por un segundo. Esto equivale dejar de responder mensajes, llamadas o atender otras obligaciones. Simplemente, evita la nomofobia que padecen tantas personas y apaga tu teléfono. Estos minutos serán de mucha ayuda.
Si pones en práctica estos consejos podrás conectarte contigo misma y disfrutar de la verdadera esencia del silencio como terapia. ¡Tenlos en cuenta desde ahora!
Este artículo fue redactado y avalado por la filósofa y sexóloga Isbelia Esther Farías López