En los momentos difíciles de nuestras vidas, muchas veces sentimos que no encontramos la salida a los retos de la vida diaria. Nos sentimos presos de la duda y la ansiedad sin darnos cuenta de que podemos encontrar una energía capaz de ayudarnos a recuperar nuestra armonía y bienestar.
En un mundo donde los retos son constantes, la gratitud nos ofrece la oportunidad de reintegrarnos aun sentido de bienestar y confort. La energía contraria a la gratitud es la queja. Hazte las siguientes preguntas y observa que es lo que la queja a logrado en tu mundo. ¿Te llevado a completar tus metas? ¿Te ha hecho cada situación más placentera? ¿Te permite ver con claridad cada situación? Y los más importante ¿alguna vez te ha ayudado a solucionar alguna situación?
La gratitud llena tu vida de confort, te regala la esperanza de que todo mejorara, te permite fluir con el ritmo natural de la vida y disfrutarla. Simplemente estar y vivir en estado de gracia.
Comienza tu día con una pequeña rutina de gratitud. Comenzando con cosas materiales, tales como tu hogar que te da refugio, tu cama que te permite descansar, tus alimentos que te brindan energía para completar tus tareas. Después, durante el día toma el tiempo para agradecer los sentimientos en tu vida, estos pueden ser, el afecto de mis hijos, la alegría por tener mis amistades, el cariño que aun siento de mis abuelos, etc.
Llena tu mundo de recuerdos por los cuales tu ser necesite estar agradecido. Cambia tu lenguaje por palabras llenas de agradecimiento hacia ti y todos aquellos a tu alrededor. Veras como tus relaciones conyugales, familiares, empresariales o amistosas se beneficiarán y se tornarán más significativas.
Vivir en estado de Gracia es vivir en eterno agradecimiento por todo lo que la vida te ofrece. Darte cuenta de la opulencia y abundancia en tu mundo. Es vivir en paz y agradecer por los pequeños detalles en nuestro mundo, los cuales al ser reconocidos poner nuestra atención en ellos se multiplican y magnifican. La gratitud es un magneto infalible para todo lo positivo en nuestro mundo, tiene la capacidad de manifestar más de aquello por lo que agradecemos. El ser humano que ha entrado al sendero espiritual su vida se torna a la gratitud, debido a que esta energía es una de las tantas caras de la divinidad.
El agradecimiento te vuelve silencioso, sabio y más pacífico. Recuerdo practicar con un grupo de personas la gratitud por treinta días. Al principio de la práctica nos dimos cuenta de que cada día agradecíamos por cosas más profundas y significativas. Al cabo de treinta días notamos que, en nuestros agradecimientos diarios, lo que considerábamos tragedias o dificultades las cubríamos dándoles gracias y de inmediato se transformaron en bendiciones. Por ejemplo, recuerdo a una compañera agradeciendo un dolor de piernas diciendo: ¡Gracias vida por este dolor de piernas, ya que me recuerdas lo afortunada que soy de tenerles! Abandona la queja y toma la decisión en este momento y comienza diciendo:
¡GRACIAS!
Te das cuenta, vivir en estado de gracia puede ser muy fácil, si logras mantener esta placentera disciplina que puedes desarrollar en todos los aspectos de tu vida.