Tengo más de una década estudiando la ley de atracción. Hay muchos maestros de la Ley de Atracción que aseguran que es muy fácil de aprender. La verdad es que a mí se me ha hecho muy complicado aprenderla. Para mí la ley de atracción ha sido un enigma, un misterio.

Después de tratar de descifrar los misterios de la Ley de Atracción con éxito muy limitado y esporádico, llegué a la conclusión de que tenía que haber algo que me faltaba. Algo que no entendía. Había una pieza de información clave que me estaba evadiendo.

Con el fin de poder armar en mi mente toda la imagen completa de la Ley de Atracción, comencé a escribir.

Comencé a describir la Ley de Atracción como si la estuviera explicando a un niño.

Al ir escribiendo me fui dando cuenta que por muchos años estaba tratando de aprender a usar la Ley de Atracción en un nivel más avanzado de lo que yo estaba. Descubrí que a diferencia de mucha gente, yo necesitaba instrucciones más básicas, más elementales.

Aprendí que para poder crear una realidad que de verdad te guste, primero debes dejar de crear una realidad que no te guste.

Suena lógico y sencillo, ¿no? Pero aquí está el problema. ¿Cómo dejar de crear esta realidad que no me está agradando?

Pues muy sencillo. Cambia tus pensamientos.

Resulta que cambiar nuestros pensamientos no es tan sencillo como suena. Todos traemos desde niños lo que llamamos creencias limitantes. Estas creencias limitantes han sido obstáculos que nos impiden crear la realidad, la vida que nos gustaría vivir. A consecuencia de estas creencias limitantes hemos creado situaciones en nuestras vidas que nos molestan.

Cosas como la pobreza, la enfermedad, y las relaciones tóxicas son algunas cosas que estamos creando por defecto y a causa de nuestras creencias limitantes. Por ahora no vamos a entrar en el tema de las creencias limitantes porque no tienen relevancia por el momento. Sólo hay que darnos cuenta que existen y son herramientas para crear situaciones desagradables en nuestra vida.

Al crear estas situaciones desagradables sin siquiera darnos cuenta cómo lo estamos haciendo, nos sentimos víctimas de las circunstancias. Eso nos hace adoptar una actitud de defensa. Esto activa de nuevo creencias limitantes que nos hacen reaccionar a esa situación negativa. Cómo nuestra atención está de lleno en esa situación negativa, nuestros pensamientos se enfocan también en el problema. Este enfoque y esta atención funciona como un imán que atrae otras situaciones similares. O sea que nuestros pensamientos negativos atraen más problemas.

Se pueden dar cuenta que esto puede agarrar vuelo y se hace difícil detenerlo. Cuando estamos dentro de un problema es muy difícil pensar pensamientos positivos.

Ahora ya miramos un poco más claro que el problema son nuestros pensamientos negativos. Y la solución son los pensamientos positivos.

La buena noticia es que por muy difícil que parezca, tenemos siempre la opción de elegir un pensamiento positivo.

El momento más fácil de comenzar a pensar pensamientos positivos es por la mañana al levantarnos.

El reto trata de que todos los días al despertar, aún antes de levantarnos, tomemos unos cuantos minutos para poner nuestra intención en el nuevo día. Nuestra intención consiste en pensar sólo pensamientos positivos todo el día. Podemos comenzar agradeciendo el nuevo día. Busca y encuentra varias cosas que agradecer como el aire que respiramos, el agua que bebemos, la comida que no nos falta, la cama donde tan cómodamente dormimos, etc.

Los primeros días podría pasar que sólo podamos pensar esos pensamientos negativos por unos minutos. Al levantarnos y comenzar con el ajetreo del día, tal vez comenzamos a renegar, a enojarnos, a pelear. Pero al día siguiente lo intentamos otra vez. El objetivo es hacer ese esfuerzo consciente por 30 días.

En lo personal, les puedo compartir que este reto me cambió la vida.

A ustedes también les podría cambiar la vida. ¿Qué dicen? ¿Aceptan el reto?

Si lo aceptan, me encantaría saber cómo les fue.

Teo D Martinez

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