El ego ignora.

Un ego que desea algo de otra persona, y cuál ego no lo desea, generalmente representa algún tipo de papel a fin de satisfacer sus “necesidades”, trátese de una ganancia material, una sensación de poder o de superioridad, una sensación de ser especial, o algún tipo de gratificación, ya sea física o psicológica. Por lo general, las personas no toman conciencia alguna de los personajes a los cuales representan.

Son esos personajes. Algunos papeles son sutiles; otros son francamente manifiestos, salvo para la persona que los representa. Algunos papeles sólo tienen por objeto atraer la atención de los demás. El ego se alimenta de la atención de los demás, la cual es, después de todo, una forma de energía psíquica. El ego ignora que la fuente de toda energía está en el interior, de manera que la busca externamente. El ego no busca la atención informe de la Presencia, sino alguna forma de atención como el reconocimiento, la alabanza, la admiración, o sencillamente ser notado de alguna manera, lograr que se reconozca su existencia.

La persona tímida que teme despertar la atención de los demás no carece de ego. Tiene un ego ambivalente que teme y a la vez desea la atención de los demás. El temor es que la atención adopte la forma de desaprobación o crítica, es decir, algo que menoscabe su sentido de ser en lugar de engrandecerlo. Así, el temor de recibir atención es mayor que la necesidad de tenerla. La timidez suele ir de la mano con un concepto negativo de uno mismo, la idea de ser inadecuado.

¿Qué es el ego y cómo opera?

La mente es comparable con el océano; en la profundidad está calmado y pacífico; y en la superficie está agitado y turbulento. A la profundidad de la mente, se la denomina el Ser. Es la esencia de todas las cosas; la energía de la cual todos formamos parte; es el todo (Tao), o también llamado la Realidad Absoluta, Conciencia Pura o Dios.

La superficie de la mente, en cambio, es el ego.

¿QUÉ ES EL EGO?

Es la identificación con el yo físico-mental-emocional. Es decir, cuando nos identificamos con nuestros pensamientos, con nuestro cuerpo físico, con el mundo que nos rodea y con nuestra propia historia de vida, entonces es cuando surge un falso sentido de “yo”; un personaje ficticio al cual llamamos el ego.

Este sentido de “yo” se siente separado de los demás y vive en función de conceptos mentales y patrones condicionados impuestos por la familia, la sociedad y la cultura en general.

En el momento de nacer, se te asigna un nombre, y se te va programando tu mente a través de la educación y el sistema cultural y social. Por tanto, se ha creado un ser conceptual, el cual no existe, es tan solo una creencia, una idea, es mental.

El Ser es lo que tú eres. Es tu verdadera naturaleza; libre de conceptos, condicionamientos, ideas y pensamientos.

El Ser es la Realidad Absoluta, es Conciencia Pura. Es el espacio-silencio-consciente no manifestado, del cual surge toda la manifestación; el mundo.

Todo es el Ser. Nada puede existir fuera del Ser.

El Ser no es un estado, es adimensional; es un no-estado, desde el cual surgen los diferentes estados de conciencia.

Así, podemos decir, que, desde la paz y el silencio absoluto, surge un movimiento mental, creando un mundo manifestado y una existencia dual.

El Ser siempre es; es permanente, atemporal, es ilimitado e infinito. Y del Ser, surge el movimiento mental, dando forma a los diferentes estados de conciencia; los cuales concurren mutuamente. Este movimiento mental está formado principalmente de pensamientos, los cuales son impermanentes, están sujetos al tiempo, son limitados y finitos.

Cuando vives desde el ego, no eres. Simplemente te identificas con el pensamiento, surgen emociones y crees que lo que tú percibes y lo que tú ves, es la realidad.

Cuando vives desde el ego, surgen todo tipo de ilusiones, percepciones erróneas y dolores que han permanecido ocultos en nuestro interior y que salen a la superficie cuando se da una situación concreta en la vida.

Cuando estás en el Ser, es cuando vives la realidad tal y como es. Esto solo es posible hacerlo en el momento presente, justo en este mismo instante, aquí y ahora.

Vivir en el Ser es permanecer como Presencia consciente, sin tiempo. Es la dimensión vertical, la cual es la realidad. La dimensión horizontal es la de la mente, en la cual hay pasado y futuro. La dimensión horizontal es la ilusión.

El ser humano vive entre estas dos dimensiones, la vertical y la horizontal, las cuales forman la dualidad de la totalidad, del Tao.

Si te identificas con la mente, los pensamientos, toda tu realidad será una ilusión. Son tus percepciones erróneas, creadas por ti mismo a partir de un pensamiento o una emoción.

Si estás en el aquí y ahora, en el Ser, dejas de identificarte con la mente y fluyes con lo que Es. Y cuando estás en este estado, no hay lugar para sufrimiento, ni ilusiones, simplemente Eres uno con el Todo.

Cuando vives desde el ego, no eres feliz. No aceptas lo que se te ha dado; deseas cambiarlo. Entonces pones resistencia, hay lucha interior, y por tanto, sufrimiento. Deseas que tu vida sea diferente de lo que es. Eres un mendigo.

Nunca puedes encontrar la felicidad mientras vivas identificado con tu mente. Para poder encontrar la felicidad, debes ir más allá. Debes trascender la mente, el pensamiento. Debes estar en el Ser.

Cuando estás en el Ser, todo lo que hay en tu vida lo encuentras perfecto. No deseas que las cosas sean diferentes, pues comprendes que todo lo que es, está bien, es correcto, es perfecto. Tienes paz interior, no hay lucha, no hay resistencia, no hay sufrimiento ni dolor.

Para encontrar la verdadera felicidad, tu atención no debe estar en la mente, debe estar en el Ser. Y esto solo se consigue con la práctica espiritual; meditación cada día, y auto-indagación.

Si practicas cada día meditación y auto-indagación, al cabo de unos años, habrás trascendido la mente y estarás en el Ser. Entonces todo te parecerá perfecto, ya no serás un mendigo, y además, podrás lograr tus deseos.

Este es el estado de Buda y Cristo. Es el estado de Iluminación.

La Iluminación es permanente, es un estado que permanece todo el tiempo. Siempre está ahí. Lo que sucede es que queda oscurecido por el pensamiento constante y la identificación con él.

Ahora, quizás habrá algunos días en los que trasciendas la mente y estés en el Ser; lo veas todo bello, perfecto, sientas paz en tu interior y ningún deseo de cambiar tu vida. Pero este estado puede durar muy poco y luego vuelvas a “caer” en el estado dormido, en la distracción de los pensamientos. Para poder llegar a la iluminación, el estado permanente del Ser, debes hacer la práctica espiritual todos los días: meditación y auto-indagación.

Cuando vives en una aceptación completa de lo que es, ese es el final de todo el drama en tu vida. Porque vives desde el Ser.

La mayoría de las llamadas “cosas malas” que ocurren en la vida de las personas se deben a la inconsciencia. Son creadas por uno mismo, o más bien creadas por el ego.

A veces me refiero a esas cosas como “drama”. Cuando eres plenamente consciente, el drama ya no viene a tu vida.

¿CÓMO OPERA EL EGO Y CÓMO CREA EL DRAMA?

El ego es la mente no observada que gobierna tu vida cuando tú no estás presente como la conciencia testigo, como el que observa.

El ego se percibe a sí mismo como un fragmento separado, en un universo hostil, sin conexión real interior con ningún otro ser, rodeado de otros egos que, o bien ve como una amenaza potencial o que intentará usar para sus propios fines.

Los patrones básicos del ego están diseñados para combatir su propio miedo y su sensación de carencia.

Son la resistencia, el control, el poder, la codicia, la defensa, el ataque, etc.

Algunas de las estrategias del ego son extremadamente inteligentes, pero nunca resuelven verdaderamente ninguno de tus problemas, simplemente porque el ego mismo es el problema.

El ego solo puede vivir en el pasado y en el futuro. Cuando estás en el presente, en el aquí y ahora, no hay ego, solo presencia.

Cuando los egos se juntan, sea en las relaciones personales o en las organizaciones o instituciones, ocurren cosas “malas” tarde o temprano: drama de un tipo u otro, en forma de conflicto, problemas, luchas de poder, violencia física o emocional, etc.

Esto incluye males colectivos tales como la guerra, el genocidio y la explotación, todos debidos a la inconsciencia masificada.

Cuando te vuelves a conectar con el ser y ya no estás dominado por tu mente, dejas de crear esas cosas. Ya no creas o participas en el drama.

Muchos tipos de enfermedades son causadas por la resistencia continua del ego; que produce bloqueos en el flujo de energía que circula por el cuerpo.

Debido a la identificación con un pensamiento, surge una emoción. Si el pensamiento es positivo, la emoción será de alegría, contento, felicidad. Pero si el pensamiento es negativo, la emoción será de tristeza, miedo, ira o dolor.

Cuando hay emociones negativas, éstas alteran el ritmo de nuestro flujo de energía vital, creando bloqueos y estancamientos, los cuales impiden que la energía vital fluya correctamente. Las enfermedades físicas es el síntoma que nos avisa de que se ha producido un bloqueo o estancamiento de nuestra energía vital.

Siempre que dos o más egos se juntan, sigue el drama de un tipo u otro. Pero incluso si vives totalmente solo, puedes crear tu propio drama.

Cuando sientes pesar de ti mismo, hay drama. Cuando te sientes culpable o ansioso, creas drama. Cuando permites que el pasado o el futuro oscurezcan el presente, estás creando drama. Siempre que no estás en el momento presente, permitiéndote ser, estás creando drama.

La mayoría de las personas están enamoradas del drama particular de su vida. Su historia es su identidad. El ego gobierna su vida.

Incluso su búsqueda de una respuesta, de una solución o de curación, forma parte de él. Lo que más temen y se resisten a aceptar es el fin de su drama. Mientras sean su mente, lo que más temen y a lo que más se resisten es a su despertar.

Cuando vives en una completa aceptación de lo que es, ese es el final de todo el drama en tu vida.

Nadie puede tener siquiera una discusión contigo. No se puede discutir con una persona completamente consciente.

Una discusión implica identificación con la mente y una resistencia y reacción a la posición de la otra persona. El resultado es que los polos opuestos se energizan mutuamente. Esa es la mecánica de la inconsciencia.

Cuando eres completamente consciente, no hay ni ataque, ni defensa. Por eso, no hay drama. Cuando eres completamente consciente, dejas de estar en conflicto.

La mayor parte del sufrimiento humano es innecesario. Es creado por uno mismo, mientras la mente no observada maneje nuestra vida. Es decir, mientras estemos identificados con el pensamiento, con un sentido de “yo”, habrá sufrimiento de una forma u otra.

El dolor que creas ahora es siempre una forma de no aceptación; una forma de resistencia inconsciente a lo que es.

En el nivel del pensamiento, la resistencia es una forma de juicio. En el nivel emocional, es una forma de negatividad.

La intensidad del sufrimiento, depende del grado de resistencia al momento presente. Y ésta, a su vez, depende de la fuerza de tu identificación con la mente.

El ego siempre busca negar el Ahora y escapar de él. Cuanto más identificado estés con la mente, más sufres.

Cuanto más capaz seas de honrar y aceptar el Ahora, más libre estarás del dolor, del sufrimiento y del ego.

¿POR QUÉ HABITUALMENTE SE NIEGA O SE RESISTE EL EGO AL AHORA?

Porque no puede funcionar y permanecer en control, sin el tiempo; que es pasado y futuro. Así que percibe el Ahora intemporal como una amenaza.

El tiempo y la mente son de hecho inseparables.

Necesitamos la mente, así como del tiempo, para funcionar en este mundo, pero llega un momento en el que se apoderan de nuestra vida y ahí es donde se establecen la disfunción, el dolor y la tristeza.

El ego busca continuamente cubrir el momento presente con el pasado y el futuro, y así el Ser, que es inseparable del Ahora, queda cubierto por el tiempo. Nuestra verdadera naturaleza, lo que realmente somos, queda oscurecida por la mente.

Se ha acumulado una carga cada vez más pesada de tiempo en la mente colectiva humana, con una gran cantidad de dolor residual del pasado.

Si no quieres crear más dolor para ti y para los demás, si no quieres aumentar más el residuo de sufrimiento pasado que aún vive en ti, no creas más tiempo, no vivas en el ego, vive en el aquí y ahora.

El momento presente es todo lo que tienes. Haz del Ahora el foco primario de tu vida.

Mientras que antes habitabas en el tiempo y hacías breves visitas al Ahora, establece tu residencia en el Ahora y haz breves visitas al pasado y al futuro cuando se requiera para manejar los asuntos prácticos de la vida.

¿Qué podría ser más demente que crear resistencia interior a algo que ya es?

¿Qué podría ser más demente que oponerse a la vida misma, que es ahora y siempre ahora?

Ríndete a lo que es. Di “sí” a la vida, y observa cómo ésta empieza súbitamente a funcionar a favor tuyo y no contra ti.