Por últimos acontecimientos que atraviesa cada país y cada ser humano en todo el planeta, es imprescindible enfocar nuestra atención en los cambios que debemos tomar. Detrás de toda crisis viene un cambio necesario, aquellas personas que adoptan esos cambios fluyen con el proceso de la evolución y los que NO la adoptan la obstruyen, paralizan el desarrollo espiritual. Toda crisis viene a mostrarnos una enseñanza específica, en realidad esa es la razón y el fundamento de toda crisis. No es el sufrimiento necesariamente sino cómo adaptarnos a la crisis para seguir evolucionando.
Toda crisis nos indica que hay cosas que se convierten en obsoletas y que ya no nos sirven y es preciso adoptar nuevas perspectivas y nuevos procedimientos, nuevas formas de vivir.
La era que se está acabando es la era donde prima del CEREBRO, el de la inteligencia basada en el razonamiento. Ésta es la era del análisis donde existe un grupo reducido de personas que domina y tiene un género: el masculino en todas sus formas y manifestaciones.
El cerebro sostiene el mundo de la dualidad, la competencia, el dominio y la supremacía. Aquel que tiene la razón siempre gana y es admirado. El cerebro habita en el mundo de la separación que es mismo que el del miedo. Esta era está en decadencia y está finalizando y va dar paso a la era del CORAZÓN. La era de la restauración y el balance.
La era del corazón es la que cura y entiende, la que agrupa a todos por igual y es plural y no distingue diferencias y tiene un género: El femenino
Todos los habitantes de la tierra, hombres y mujeres están llamados a entrar en esta nueva era. Los hombres tiene un lado femenino al igual que las mujeres tienen un lado masculino. Pero todos están llamados a activar el corazón y esto toma un proceso que es supremamente importarte iniciar ya.
Tu corazón tiene una capacidad increíble capaz de brindarte mucho más de lo que tú crees. Tu corazón es un centro energético que influye tremendamente en tu comportamiento, las decisiones que tomas y sobre todo los resultados que obtienes día a día.
El corazón tiene un campo electromagnético mucho más grande y fuerte que el cerebro. Genera las emociones que sientes y experimentas a cada momento. Percibe lo que sucede a tu alrededor, percibe absolutamente todo a lo que te expones y envía este flujo de información a tu cerebro. Este flujo de información es constante. Está dotado de un gran mecanismo absolutamente poderoso que te hace saber exactamente la realidad, no lo que parece ser sino lo que es. Te hace saber qué te puede pasar y cómo te irá en cada cosa que emprendes: trabajo, proyectos nuevos, una relación nueva o existente, salud, economía, etc. Ese gran mecanismo es la INTUICIÓN.
Todos nosotros lo poseemos hombres y mujeres, pero son muy pocos los que lo usan coherentemente y esto sucede porque confunden entre el RAZONAMIENTO y la INTUICIÓN, entre lo que piensan y analizando y lo que sienten en el corazón. El razonamiento es el análisis de lo que puede ocurrir de acuerdo a la experiencia y conocimiento, es decir a la base de datos que cada persona tiene (todo lo que les ha sucedido, escuchado o leído) pero la intuición te hace saber exactamente cómo es la realidad tal cual y en forma instantánea.
Tu intuición te hace saber lo que está sucediendo, lo que va a suceder y puede suceder si ejecutas una acción determinada. Es tu corazón el que tiene la capacidad de ver más claro que tu mente. La inteligencia intuitiva de tu corazón puede elevar la calidad de vida que tienes, mejorar tu salud, te puede llevar a alcanzar las cosas que deseas, te puede mejorar la relación que tienes, a desarrollar y mejorar tu economía.
La era del CEREBRO está acabando para dar paso a la era del CORAZÓN y es inevitable el cambio, es preciso fluir con la frecuencia de la evolución, es preciso que aprendas a escuchar a tu corazón más que a tu cerebro. Todos los hombres están llamados a tomar este cambio, aceptarlo y aplicarlo
Quizá ahora te puedes dar cuenta que las cosas no te resultaron como esperabas es por no haber escuchado a lo que te decía tu corazón, a esa sensación tan íntima, a esa vocecita que constantemente se comunica contigo. ¡Ponlo a prueba a partir de ahora y verás!