La astrología no solo es una excelente herramienta terapéutica y de autoconocimiento, también nos enseña la relación que los hijos tienen con sus Padres.
Cuando vemos la carta natal de nuestros hijos, podemos observar cuales son las dinámicas vinculares que ellos traen y la manera en la cual van a relacionarse tanto con la Madre como con el Padre.
Es fácil darnos cuenta de que manera los hijos perciben a sus progenitores, y de qué forma ellos sienten el amor, el cuidado, la protección y la contención que reciben de ellos, al mismo tiempo la carta natal nos mostrará las heridas que el niño trae, ya sea de abandono, de rechazo, de soledad, de miedos muy profundos, sea que lo haya vivido literalmente o no, pero en un pasado del alma quedo esa huella que hay que terminar de sanar para así poder evolucionar, también podremos observar el ambiente emocional en el cual el niño está creciendo y desarrollándose y cuales temas tomarán mayor relevancia a lo largo de su vida.
Cuando nosotros como Padres podemos conocer las necesidades emocionales de nuestros hijos, tenemos la capacidad de ayudarlos y acompañarlos en el proceso de su desarrollo, dándoles las herramientas necesarias para disminuir sus apegos emocionales y de esta manera lograr un crecimiento más armónico y menos condicionado a las necesidades internas que no han sido cubiertas por el desconocimiento de las mismas y así, con esta valiosa información podemos potencializar sus dones y sus talentos, reforzando su autoestima y su valor propio, logrando que sean niños y después adultos, seguros de sí mismos, con un poder de auto sostenerse ante las adversidades de la vida y no que continúen repitiendo patrones de forma totalmente inconsciente, ya que la primera infancia marca con mucha fuerza el comportamiento y la forma de vida que buscarán en su edad adulta.
Cuando como Padres nos damos la oportunidad de conocer a profundidad las emociones, los conflictos y los talentos que acompañarán a nuestros hijos a lo largo de su vida, les estamos abriendo a ellos un sin fin de posibilidades, que por medio de nosotros, ellos aprenderán a manejar y a sacar el mayor provecho posible, llevándolos a un crecimiento más sano y feliz, convirtiéndose en adultos conscientes de sus propias necesidades, capaces de sostenerse en el mundo con una mayor inteligencia emocional.
Es importante aclarar, que los comportamientos que tienen nuestros hijos, es una manifestación de temas de los Padres que no han sido resueltos y ellos están aquí para mostrárnoslos, así como también cualquier síntoma o enfermedad que padezcan, puede ser la repetición por amor ciego a algún ancestro y que el niño está representando como lealtad hacia él o ella.
Nuestra responsabilidad como Padres no sólo es proveerlos de las necesidades básicas como casa, alimento, vestido e instrucción, sino también enseñarlos a lidiar con lo más importante que son sus emociones y que muchas veces no son tomadas en cuenta con la seriedad que se amerita, por tal motivo es de vital importancia que los Padres aprendan primero a conocerse ellos mismos, a entender el porqué de sus actitudes y de su forma de reaccionar ante las diferentes circunstancias de la vida y es entonces que tendremos la posibilidad de enseñar a nuestros hijos a expresar y a lidiar de manera positiva con las emociones que se irán despertando con el correr de los años.
El mejor ejemplo que podemos darle a ellos no es lo que decimos, es lo que hacemos porque ellos siempre están observando y absorbiendo todo aquello que hacemos día con día y que marcará de forma inevitable su vida futura.
La calidad de tiempo que dediquemos a ayudar y enseñar a nuestros hijos se traducirá en la calidad de vida que ellos tendrán más adelante, por tal motivo es importante que lo hagamos de forma responsable y con un conocimiento profundo de lo que cada uno de nuestro hijos necesita como alimento emocional, y no hacerlo sólo por la creencia de lo que nosotros creemos que ellos necesitan, porque verdaderamente no lo sabemos, eso simplemente está basado en nuestras creencias, en nuestra educación y en la forma en que cada uno fue criado por sus Padres o personas cercanas.
¡La mejor y más grande herencia que podemos dejarle a nuestros hijos es además de una buena instrucción académica, es sin lugar a dudas una buena educación emocional y mental, porque si estas últimas están cubiertas, las demás vendrán por añadidura sin forzar u obligar por lo que debería ser como mandato, sino más bien por un conocimiento profundo de las necesidades de los seres que más amamos que son nuestros hijos!
Jennifer Payton
Astrología Terapéutica,
Astrología Transgeneracional,
Constelaciones Astrológicas,
Lectura de carta Horaria,
Lectura de carta Electiva,
Coach Astrológico.
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