¿ POR QUÉ HACER MASCARILLAS FACIALES EN CASA NO ES TAN BUENA IDEA?
Las mascarillas tienen una alta concentración de activos que ayudan a proporcionar un cuidado extra a la piel de manera inmediata y fácil. Aunque son un producto cosmético con muchísimas bondades, lo cierto es que para aprovecharnos bien de ellas tenemos que procurar escoger la que más se adapta a nuestro rostro. Las hay para todo tipo de pieles (grasas, mixtas, secas, sensibles) y objetivos: iluminar, limpiar en profundidad, tensar la piel, hidratar, calmar.
Seguro que conoces recetas que has visto en internet, que has visto que se ponen diferentes personas de tu círculo o diversas ideas para hacer mascarillas caseras en casa con ingredientes que tenemos en la cocina, ya sea pepino, huevo o aguacate. Suelen prometer resultados estupendos con la ventaja de que son naturales. Lo cierto es que no debemos usarlas y te voy a decir por qué.
Las mascarillas caseras pueden causar irritaciones entre otras cosas irreversibles, lo que en un principio se presenta como un tratamiento casero puede provocarnos algún problema para la piel. Hay que tener mucho cuidado porque ciertos ingredientes habituales en ellas, pueden provocar irritaciones y otros daños. Por ejemplo, el limón puede modificar el pH de nuestra piel, lo que alteraría su función barrera y mancharnos. Las pieles sensibles, con rosácea o brotes de acné, podrían sufrir irritaciones indeseadas si aplicamos productos caseros que no tienen ningún tipo de control como quemaduras. Además, al tratarse de productos que hemos sacado de la cocina, es bastante probable que lleven consigo alguna que otra bacteria que más tarde estaríamos aplicando en nuestra piel.
Una de las mascarillas más famosas caseras o lo más común que la gente realiza con muchísima confianza es miel con azúcar y limón. Sin embargo son un rotundo no, pues utilizar azúcar y sales que no han sido perfectamente pulidos o si su grano es muy grueso puede causar microdermoabrasiones o pequeñas heriditas en la piel (rasguños no controlados microscópicamente hablando), que a simple vista no se nota pero al tacto es muy incómodo, como si tuviéramos la piel rosada o irritada.
Las mascarillas caseras no son tan efectivas como las que ya están preparadas, puede que contemos con los ingredientes necesarios y que estos sean beneficiosos para nuestra piel. El problema es que si estos ingredientes no están correctamente formulados en un laboratorio no nos van a servir de mucho en nuestra mascarilla casera. De hecho, la piel ni siquiera los va a asimilar correctamente ya que la piel NO ES PERMEABLE, como, por ejemplo, en el caso de los minerales. Una formulación que sí sea efectiva pasa por encapsular los activos para que vayan vehiculizados correctamente y puedan dirigirse a las células, o los hacen hidrolizados para que la piel pueda absorberlos.
Los principios activos de las mascarillas caseras no están estabilizados, Seguro que conoces o has escuchado las bondades de la vitamina C presente en el limón y la naranja. Sus beneficios despigmentantes son muy conocidos, como también lo es su capacidad para irritar la piel o causar manchas (como lo mencionamos anteriormente). Para evitar este problema, en los laboratorios cosméticos se suele trabajar con la vitamina C estabilizada. Si nos aplicamos directamente el zumo de limón en la piel podemos no sólo irritar la piel, sino causar la aparición de las temidas manchas en la piel o quemaduras.
Finalizando con el tema es importante que quede claro que los alimentos no son malos, y que la comida es para comerse y no aplicarse en rostro, al menos que esté avalado por un laboratorio o que tenga un respaldo científico.