En el mundo en que vivimos estamos rodeados de situaciones que nos provocan estrés y es aquí cuando nuestro niño interior empieza a gritar todo aquello que tenemos adentro y por consecuencia dificulta relacionarnos de forma sana con nosotros mismos y a todo los niveles de nuestra vida y con todas nuestras relaciones, cuando esto ocurre pareciera que la vida o el mundo está en contra nuestro. El primer punto es la aceptación para poder ir hacia adelante y comprender que: El “niño interior herido” o la parte más vulnerable que todos y cada uno de nosotros llevamos dentro desde la infancia, guardada bajo muchas llaves, en cajones ocultos  por supuesto de formas no racionales sino inconscientes (son vivencias asociadas a  emociones no resueltas), todo esto que llevamos dentro de cada uno se puede destapar en momentos de estrés provocando que reaccionemos de forma infantil y no como adultos.

La solución es ” trabajarnos a nosotros mismos, apreciarnos a nosotros mismos”, es decir, “que desde nuestra parte adulta sea la que gestione y abrace a ese “niño interior herido” que está representado por aquella parte que “no ha crecido o se ha quedado en un tiempo pasado en esa situación que le causo dolor por falta de amor, cuidado o comprensión.

Y todo ello porque en nuestra infancia está la clave para entender por qué somos como somos, qué nos hace pensar, sentir y actuar de determinada manera y no de otra; descubrirla nos atrae pero también nos  produce mucho miedo. Para llegar a esta comprensión emocional no es tan simple, y necesitamos herramientas nuevas y estar dispuestos a sanar.

El “niño interior” representa  a nuestro auténtico ser (el que se ha quedado tras la máscara que todos nos ponemos para salir a la calle y que es nuestra personalidad), al niño herido (parte que se ha quedado sin recibir lo necesario para crecer adecuadamente) y al potencial que todos tenemos dentro.

En la actualidad, hoy por hoy a través de los estudios avanzados de la neurociencia somos capaces cambiar “cosas” por medio por ejemplo a través de visualizaciones, trabajo interior.

¿Es culpa de nuestros padres lo que nos sucede?

Empecemos a comprender que no hay culpas, hay responsabilidades, hoy como adultos podemos tomar el control de nuestras vidas  y comprender  que una de las épocas de más impacto para nuestra vida es la infancia  y que nuestros padres “lo hacen y lo hicieron lo mejor que pueden con lo que tienen” y que hay que tener en cuenta que los progenitores muchas veces son el resultado, a su vez, de los suyos.

“Realmente llevamos la información de siete generaciones hacia atrás y nosotros influimos a siete generaciones hacia adelante por lo menos”

Debo de reconocer  que trabajando con personas adultas de todo el mundo me doy cuenta que  en nuestra vida siempre aparecen personas en nuestro camino como ángeles por ejemplo  a un abuela, a una cuidadora o a un profesor que “se fijaron” más en ellos en la infancia que sus padres se han salvado de “dramas más profundos” y eso a dado la fortaleza a este adulto que siga adelante.

“A todos nos ha faltado algo en la infancia, aunque pensemos que hemos tenido una infancia feliz”.

“Siempre hay un desencuentro  entre lo que uno necesita y lo que obtiene y eso depende en qué cantidad lo hayamos tenido, aunque todos tenemos anhelos y carencias que no tenemos por qué llevar como una condena”.

“Si liberamos el dolor que se ha quedado bloqueado en el niño interior herido conectaremos con el niño interior auténtico y podremos desarrollar todo el potencial que llevamos dentro y no llevaremos las circunstancias del pasado como un lastre pesado al presente”.

El tener a nuestro niño interior contenido por nuestra parte adulta nos facilita atraer relaciones saludables en nuestras vidas sean amigos, laborales, relaciones de pareja y con nuestro propios hijos.

Estoy convencida que cada uno de nosotros somos capaces de sanar desde el alma y cuando eso ocurre se produce la magia, por supuesto que requiere nuestro compromiso, voluntad y trabajo y por supuesto es un proceso. Todos nosotros somos merecedores de ser amados, y el primer camino es amarnos a nosotros mismos y  aprender a vivir para poder fluir con la vida y a relacionarnos con todo y todos los que nos rodea de una forma armoniosa.

Profesora Paola Cordoma Pol.

Formadora Internacional de Método reducción estrés y  Fundadora de Instituto Internacional Big Jump World.

Experta en bienestar, Psicología transpersonal y sistémica, (facilitadora en constelaciones familiares y organizacionales, regresiones, Naturopata y  Profesora de yoga, artista y empresaria consciente).